Cada vez podemos notar más y más que las personas que abren su percepción a la totalidad se impregnan de más cualidades vibratorias, antes lejanas y desconocidas, hoy parte de su consciencia. Cuanto mayor es la apertura energética y perceptiva, menor la identificación con las partes en forma fragmentaria. Entonces, ya no hablamos de los “Tauros”, los “Aries” o los “Acuarios”, como vos sos eso pero yo no, o esta información o caracterología corresponde al otro y no a mí. En tal caso, al hablar de una energía, podríamos reemplazar a los “Tauro” por “nuestra porción Tauro”. Porque desde esta apertura no podemos sino vibrar en las cualidades de todos los signos integradas entre sí. Desde mi manera de ver son estas personas quienes juegan el rol de puntas de flecha, marcándonos el camino hacia la unidad e integración del zodíaco dentro nuestro, de los planetas dentro nuestro. Son estas personas que integran tanto las cualidades de su signo solar, lunar, Ascendente etc... como de los restantes signos y eso hace que lleven a vibrar alto la totalidad energética precisamente por su capacidad de integración y por la tendencia a dejar de identificarse parcialmente, sino en unidad. También, desde esta apertura se abren nuevas conexiones en los campos colectivos de conciencia. El colectivo se impregna de resonancia. Quienes miramos así contribuimos a que el colectivo resuene en unidad. Esto me lleva a reflexionar como docente y comunicadora de la Astrología acerca de cuál es el futuro en tanto la manera de percibirnos y de comunicar este conocimiento. Y creo que la búsqueda bien podría estar orientada a buscar resonar e identificarnos con todos los signos sistémicamente y a activar con determinación, conciencia y propósito todas las funciones planetarias del sistema con amor y humildad. Por allí va la cosa. Y en el día a día buscar la manera de no fractalizar tanto, de hablar de yo "tengo" Luna en Escorpio y “tengo” Sol en Escorpio y tal y tal, y dejar de dirigir los posteos tan enfáticamente hacia "para los Leos esto, los Géminis esto otro" y así, dado que como comunicadores no estamos sino enfatizando la división y satisfaciendo una necesidad muy infantil y egocéntrica de entenderme “a mí” o satisfaciendo los mórbidos anhelos de los curiosos, lucrando con la credibilidad ajena. Y si esto fuera cierto, bueno podría tolerarse. Pero no lo es. Porque uno es mucho más que un Escorpio y tal vez el foco de atención en un momento dado debiera dirigirse a una remota partecita de tu Carta, como puede ser un Quirón-Luna y no tanto aquello que crees ser y que buscás que la Astrología te confirme, aún cuando se trate de una neurosis. Digo esto porque, aprovechando y agradeciendo que la Astrología está cobrando tanto auge y está sirviendo a la sociedad a evolucionar, estaría bueno que se despliegue colectivamente en un nivel bien integrado, menos auto-centrado y auto-referente, menos confirmatorio de la imagen que tenemos de nosotros y de los otros, tratando de que coincida como una “herramienta” hecha a medida para encontrar moldes para cada cosa. La Astrología es mucho más que eso, es un camino o vía hacia el infinito que siempre nos va a mostrar cosas para las que no existen moldes ni casilleros.
Somos los que comunicamos y enseñamos Astrología los más responsables de no alimentar más y más las partes narcisistas del colectivo, aún cuando eso implique no ser tan "populares". Hagamos una Astrología Gourmet, un alimento nutritivo, sin tóxicos, ni químicos, ni preservantes, libre de gluten y sin tanta sal ni azúcar. Porque eso atrae pero es alimento chatarra para el espíritu.
Gabriela Ciminieri
Astrología Viva
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